Para
comenzar con nuestra andadura en el proyecto “Almenas y Alambiques” escogimos
el llamado Castillo de la Culebra de la localidad pacense de Alange, a 17 kilómetros
aproximadamente de Mérida, que recibe su nombre de la sierra en la que se
encuentra su emplazamiento.
Restos de muralla |
Estamos
en enero y los días son fríos, lo que unido a la amenaza de lluvia hace que nos
planteemos comenzar el viaje a una hora no demasiado temprana, en la que la
humedad de las heladas nocturnas haya desaparecido casi por completo. Nos
citamos por tanto a las 10 de la mañana en Mérida, dónde tras un desayuno de
café y tostada iniciamos el trayecto en coche, de apenas 10-15 minutos, hasta
el muro del Embalse de Alange, donde aparcamos en los estacionamientos
habilitados al efecto.
La
Sierra de la Culebra es habitualmente visitada por adeptos a los deportes de
escalada, e incluso la Federación Extremeña de esta modalidad realiza pruebas,
competiciones y concentraciones de jóvenes talentos en sus paredes, por lo que
al llegar nos encontramos con que ya hay movimiento por la zona.
Comenzamos
nuestro trayecto en el borde del muro del embalse, por la pista que bordea la
sierra en la que se encuentra el castillo, durante aproximadamente un kilómetro
y medio, con terreno totalmente llano, encontrándonos en este tramo con los
restos de un granero de la edad de bronce. Esta pista la abandonamos al llegar a la
altura del Centro de Tecnificación de Piragüismo que el Gobierno Regional
construyó a orillas del embalse, y que en la actualidad se encuentra totalmente
abandonado pese a ser un edificio de reciente construcción.
En
ese punto giramos hacia la izquierda para iniciar ya la subida en primer
término por las calles de Alange, caminando unos 100 metros por la
travesía del Castillo hasta encontrarnos con la Calle Castillo, en la que
giraremos a la izquierda para dirigir nuestros pasos directamente al trayecto
marcado como subida “oficial”. Atravesamos una especie de verja a la altura de
la Ermita de San Bartolomé, que dejamos a la izquierda, y entramos ya en lo que
podríamos denominar territorios del castillo.
Llevamos
ya caminados unos dos kilómetros, y es ahora cuando comienzan a endurecerse las
rampas, ya que en los siguientes 500 metros afrontamos una serie de giros de
herradura en el camino en los que podemos contemplar los restos la llamada
“Puerta del Aljibe” y el aljibe (que contiene agua en esta época del año
procedente de las lluvias) que le da nombre. Hasta el momento el terreno es con
bastante pendiente pero sin ninguna complicación.
Puerta del Sol |
Una
vez rebasados Puerta y Aljibe, el terreno abandona la apariencia de vereda para
mediante las señales y protectores de madera del sendero indicarnos que debemos
subir por una serie de grandes rocas graníticas, con superficie lisa que puede
entrañar riesgo de resbalar, a cuya izquierda dejamos un gran desfiladero (no
en vano, en estos últimos 500
metros de camino hemos ascendido unos 100 metros de altura).
Volvemos
a encontrarnos con el camino, pero es ya más estrecho y el terreno no es tan
limpio como hasta ahora. Son habituales grandes piedras, pequeños socavones o
vegetación que complica el paso durante los siguientes 250 metros . Una vez
finalizado este paseo, nos encontramos con una pequeña explanada en la que las
vistas del embalse son inmejorables, por lo que aprovechamos para contemplarlo
y realizar fotografías a modo de pequeño descanso antes de afrontar la parte
final de la ascensión al Castillo de la Culebra.
Una
vez recuperado el resuello retomamos el camino, cuya pendiente se endurece
bastante y tras unos 100
metros con varios giros y un terreno en el que lo más
peligroso es la poca adherencia por el desprendimiento de pequeños guijarros,
nos encontramos con la llamada Puerta del Sol, que da acceso a las ruinas del
Castillo de la Culebra, entre las que encontramos la Torre del Aljibe como la
construcción en mejor estado de conservación, junto con restos de una tronera
de bola, un nuevo pozo, el acceso al mismo y vario tramos de muralla y muros de
la fortificación.
Vista de Alange desde el Castillo |
Nos
enfrascamos en la exploración de la antigua construcción, con origen romano y
pasado musulmán, que fue reconquistada y abandonada en el siglo XVI, admirando
las impresionantes panorámicas que la altura de la Sierra de la Culebra nos ofrece,
ya que hemos alcanzado los 492
metros de altura, subiendo casi 300 metros en menos de 3 kilómetros . Desde
nuestra privilegiada posición podemos divisar, según en la dirección en la que
observemos, el Embalse de Alange en su totalidad, Mérida, Almendralejo,
La
Zarza, el río Matachel y todas
las tierras que los rodean.
(En la segunda parte conoceremos datos del descenso y de la degustación gastronómica)
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