viernes, 15 de noviembre de 2013

LA TRIPLE JOTA, DÉCADA I: NOCHE A NOCHE

Ya hemos decidido el destino, nos hemos descargado las rutas, tenemos las fechas en orden y nos disponemos a comenzar con los primeros preparativos definitivos: el alojamiento.

Durante nuestro paso por el GR 111 y la comarca de La Vera tendremos que dormir en cuatro localidades diferentes, en función de las etapas marcadas. En función de éstas nos disponemos a buscar y elegir el lugar en el que pernoctaremos en cada una de ellas, aunque si bien la oferta turística y las plazas de alojamiento son numerosas en la zona, la alta ocupación por la fecha (es puente nacional) y la petición de reserva mínima de dos noches en algunos establecimientos, reducen nuestro campo de búsqueda.

En nuestra indagación damos prioridad a los Camping y Bungalows, ya que hemos escogido el senderismo por estar en contacto con la naturaleza, así que no hay mejor forma de hacerlo que hacer noche en una tienda de campaña o una cabaña en pleno campo.

Comenzamos:

La primera etapa parte de Madrigal de la Vera, por lo que la noche previa, el 5 de diciembre, pernoctaremos en el Camping La Mata, situado cerca de la Garganta y puente Alardos y el límite provincial con Ávila.



Nuestra primera noche una vez iniciada la ruta y el punto de salida de la segunda etapa será Talaveruela de la Vera, ya que nos es imposible encontrar alojamiento en Valverde de la Vera, localidad que inicialmente teníamos marcada para ello. Finalmente decidimos recorrer unos kilómetros más y llegar a Talaveruela, para dormir en el Hostal El Zaguán.

Seguimos en camino y llegamos el 7 de diciembre a Jarandilla de la Vera, para disfrutar de los escobazos y volvemos a nuestra idea de acampada, pernoctando en el Camping La Vera. El día 8 la jornada acabará en Jaraíz, donde seremos huéspedes de la Hostería Vera House, antes de iniciar nuestra última etapa hasta Gargüera de la Vera.

Para terminar, nuestra última noche, la que si todo va bien servirá para celebrar nuestra pequeña hazaña, la pasaremos en el Albergue Santa Ana de Plasencia, en el que a buen seguro podremos intercambiar experiencias con otros senderistas y peregrinos del Camino de Santiago, ya que el camino de la Ruta de la Plata pasa por la ciudad placentina.


Esta es nuestra previsión y los lugares en los que hemos reservado estancia, de los que una vez los visitemos, os daremos cumplida cuenta.

miércoles, 30 de octubre de 2013

LA TRIPLE JOTA, DÉCADA I: MARCANDO UNA RUTA

Una vez expuesto el origen de nuestra sociedad, debemos recordar que el reto de atravesar la comarca de La Vera en cuatro días surge por las ganas de hacer algo especial, diferente a los viajes culturales que normalmente realizamos en los días festivos de comienzos del mes de diciembre.

Y aprovechando que este año podemos unir hasta 5 días, decidimos buscar un itinerario, un sendero en Extremadura que necesite de ese número de jornadas para recorrerlo. Descartando varios de ellos por diferentes razones, escogimos finalmente el GR 111, desde Madrigal de la Vera hasta Plasencia.

Una vez marcado el destino, la primera tarea con la que nos ponemos manos a la obra es la de encontrar los mapas del recorrido, los tracks para el GPS, que nos permitan calcular la cantidad de kilómetros diarios que andaremos y las localices por las que pasaremos y en las que pernoctaremos.

Recorrido previsto
Gracias a algunos usuarios de la web es.wikilocs.com, encontramos los datos correspondientes a nuestra ruta, divididos incluso en etapas de aproximadamente la misma duración, por lo que elegimos una de estas opciones y establecemos un itinerario previo.

Nuestra idea es hincar el reto el día 6 de diciembre, por lo que la noche del día 5 nos desplazaríamos hasta Madrigal de la Vera, punto de partida de la primera etapa, para dormir. En la jornada inicial, además de Madrigal de la Vera, atravesaremos la localidad de Villanueva de la Vera y parajes naturales de interés como la Garganta Michones, antes de llegar a Valverde de la Vera, tras aproximadamente 15 kilómetros de camino.

Desde Valverde partiremos en nuestra segunda etapa, que después de unos 20 kilómetros nos debe llevar hasta Jarandilla de la Vera. El itinerario previsto nos permitirá visitar además los pueblos de Talaveruela, Viandar y Losar de la Vera, antes de disfrutar de la fiesta de “los escobazos”, celebrada en Jarandilla la noche del 7 de diciembre.

Fiesta de "Los Escobazos" en Jarandilla de la Vera
Habremos cumplido la mitad de nuestra empresa, pero el tercer día nos espera una nueva jornada de 18 kilómetros, que partiendo de Jarandilla de la Vera promete ser una de las más interesantes. Interesante porque nos llevará, tras pasar por Aldeanueva de la Vera, a Cuacos de Yuste, donde podremos visitar su Monasterio, en el que vivió sus últimos días el emperador Carlos V. Desde Cuacos continuaremos ruta hacia Garganta la Olla, con su impresionante paisaje, finalizando la etapa en Jaraíz de la Vera, donde haremos noche.

Pero el final de nuestro reto nos depara la etapa más dura, ya que el 9 de diciembre partiremos de Jaraíz, para recorrer 20 kilómetros con bastantes cotas orográficas. Torremenga, Pasarón y Arroyomolinos de la Vera serán las localidades que dejaremos atrás antes de dar por finalizado nuestro camino en Gargüera de la Vera.

Como os hemos comentado, el GR 111 continúa hasta Plasencia, pero la falta de tiempo por motivos laborales no nos permitirá realizar caminando la última jornada del itinerario, que une Gargüera de la Vera con Plasencia. Por ello, y para no quedar incompleta nuestra visita a la comarca y al sendero marcado, tras llegar a Gargüera nos desplazaremos en coche hasta Plasencia, para pasar allí nuestra última noche como senderistas, disfrutar de esta ciudad y celebrar lo que hayamos conseguido con una cena reparadora. 

Plaza Mayor de Plasencia
Este es, en definitiva, la previsión que hemos hecho de nuestro reto, que estará supeditada a la climatología, nuestras fuerzas y los avatares del camino, siendo la ilusión por completarlo y por conocer nuestro patrimonio cultural y natural, la mayor de nuestras fuentes de energía para pasar por encima de todos y cada uno de estos impedimentos.

martes, 29 de octubre de 2013

(TRIPLE JOTA, DÉCADA I) EL GERMEN DE UNA IDEA: LA VERA EN 5 DÍAS

No, no nos hemos olvidado de vosotros. Ni hemos renunciado a seguir dando a conocer las fortificaciones, senderos y viandas extremeñas. Simplemente nos hemos tomado un descanso para retomar con fuerzas “Almenas y Alambiques”, uniéndolo a proyectos relacionados con nuestra tierra, con sus caminos y sus gentes, con su patrimonio y su gastronomía.

Es por ello, que tras el parón veraniego, hemos dedicado gran parte de nuestro tiempo a preparar y entrenar para nuestro primer gran reto: recorrer a pie el Gr-111, la comarca cacereña de La Vera. Y queremos hacerlo desde el límite provincial entre Cáceres y Ávila, en el término de Madrigal de la Vera, hasta Gargüera de la Vera, tras caminar durante 4 días y haber recorrido unos de 75 kilómetros.

Pero no es una idea surgida al azar ni un reto a completar por capricho. En esta ocasión se trata de un reto conmemorativo. Un reto con el que tres de los compañeros de “Almenas y Alambiques”, Jairo Pozo, Jorge Moraga y José Manuel Sánchez, queremos celebrar que se cumple una década desde que nos conocimos, durante nuestros estudios universitarios de Comunicación Audiovisual en la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de Badajoz.

                               

Una relación que se afianzó con la convivencia diaria en la Residencia Universitaria Hernán Cortés, en la que tantos amigos dejamos y a uno de cuyos responsables, que tristemente nos ha dejado recientemente, queremos recordar también con este proyecto. Por nuestro apetito creativo y la tipología de nuestros estudios, realizamos varias producciones audiovisuales conjuntas, algo que nos llevo a pensar una denominación conjunta que acabó siendo “Triple Jota”, la cual creo no necesita explicación.

Se cumplía el pasado septiembre una década de esta unión, en la que hemos pasado momentos buenos en su mayoría, con idas y venidas en cuanto a proyectos laborales, cambios de ciudad, nuevas caras, etc.. Pero si ha habido una constante durante estos diez años, esa ha sido contacto continuo que, entre otros, ha dado como fruto proyectos como “Almenas y Alambiques” y esta pequeña implementación del mismo que supone “La Vera en 5 días”. 

Y esta idea surge de un deseo de seguir compartiendo, conociéndonos un poco más, descubriendo nuestro límite contando con el apoyo mutuo…a la vez que disfrutamos de los paisajes extremeños, veratos en este caso, de su patrimonio cultural, el contacto con sus gentes y sus alimentos autóctonos. El reto está marcado. Sólo queda ponerse manos a la obra con los preparativos, de los que os daremos cumplida cuenta en sucesivas entradas en el blog.

martes, 16 de julio de 2013

COGIENDO IMPULSO...

Como habréis podido comprobar, hemos hecho un paréntesis en nuestro recorrido por los castillos de Extremadura…es lo que tienen las altas temperaturas y el periodo vacacional, que es difícil cuadrar agendas.

Es tiempo de reponer fuerzas, recargar pilas, descansar y planificar lo que será la nueva temporada de Almenas y Alambiques en otoño… ¡los castillos y fortalezas nos esperan sin moverse! ¡Jeje!




Se aceptan propuestas y consejos. Nuestra elección para el próximo destino está entre los castillos de Montánchez, Feria y Medellín… ¿nos ayudáis?

viernes, 7 de junio de 2013

SIERRA GRANDE Y TURISMO EN HORNACHOS

La descripción de nuestra visita a Hornachos ha dado para bastante, pero no queremos abandonar estas tierras sin antes invitaros a conocer más detalles del patrimonio cultural y natural que albergan.

Si ya habéis visitado el Castillo, no deis por acabado vuestro recorrido por Hornachos, ya que en sus calles esconden tesoros arquitectónicos como la Iglesia de la Purísima Concepción, del siglo XIII, o el Convento de San Ildefonso del siglo XVI. Del mismo modo, es ineludible la visita al antiguo Pósito, edificio usado como almacén de trigo según algunos historiadores, y como fábrica para mezquita por otros, y que en la actualidad ejerce las veces de magnífico Centro de Interpretación de la Cultura Morisca.

Iglesia de la Purísima Concepción
Además, en Hornachos podemos encontrar lugares emblemáticos, como la Fuente de los Moros y la Fuente de los Cristianos, vestigio de la división religiosa de la localidad siglos atrás, así como los cuatro pilares, situados en las otras tantas entradas al municipio en cada punto cardinal.

Eso en lo que concierne al patrimonio cultural, pero si hablamos del natural, el nombre propio es la Sierra Grande, que se alza imponente al este de Hornachos, cuya Zona de Especial Conservación se extiende por aproximadamente 12.200 hectáreas de terreno.

Terreno en el que la vegetación más abundante son encinas, alcornoques o acebuches, pero también enebros y carrasca, mientras que la fauna autóctona va desde las rapaces hasta gran multitud de reptiles y anfibios, con un total de más de 220 especies de vertebrados protegidas.

Cigüeña negra
Aves en peligro de extinción como la cigüeña negra o la grulla, junto a buitres leonados y águilas reales; jarabugos, bogas o pardillas en el Matachel y otros ríos y arroyos cercanos; gallipatos, víboras, ranitas de San Antonio o lagartos verdinegros hacen de esta Sierra un lugar excelente para que los amantes de la naturaleza disfruten ampliamente de su visita.


Más información en:

miércoles, 29 de mayo de 2013

CASTELAR: CALDOS FORNACENSES

Extendemos nuestra visita a Hornachos en el tiempo y hablamos hoy de los vinos que degustamos en nuestra visita a su castillo en el Mesón “Fuentecita”.

Como primer caldo probamos un vino de pitarra de Bodegas Hornachos, del cual lo único que podemos decir es que su sabor era fuerte y su paladeo rápido sin nada destacable. Un vino de acompañamiento sin más.

Nuestra gran elección vino en segundo lugar, junto a la degustación de platos típicos, ya que el vino Castelar Crianza de 2009 tuvo bastante éxito entre nosotros. Estamos ante un vino de uva tempranillo, con color cereza picota y matices de teja, cuya capa de opacidad es media-alta; los olores recuerdan a frutos negros, como moras o ciruelas, además de a madera y de nuevo a frutos del bosque tras su apertura y oxidación paulatina. En cuanto al sabor, es un vino que entra bien en boca, cálido y suave, no es excesivamente largo.


La valoración que hacemos de él y de cómo acompaña a las carnes que componen gran parte de nuestro menú, es excelente, por lo que no está de más que conozcamos algunos datos extra de su procedencia: Bodegas Castelar.

Esta bodega, nacida y ubicada en Hornachos desde 1963 de mano de la familia Cáceres Márquez, cuenta en la actualidad con más de 100 hectáreas de viñedo, cuya peculiaridad es que se encuentran en las faldas de la Sierra Grande fornacense. Las parcelas oscilan entre los 350 y los 500 metros de altitud aproximadamente, y en función de esta elevación cultivan una variedad u otra de uva.

Entre ellas, Castelar produce uva Tempranillo, Garnacha, Cabernet-Sauvignon, Merlot o Macabeo, siendo la apuesta por el cultivo tradicional, la recolección manual y la aplicación de nuevas tecnologías el elemento diferenciador de sus vinos.


Además del Crianza, Bodegas Castelar ofrece Tinto Joven, Tinto Reserva, Blanco Joven y el Tinto Ecológico “Pago de las Monjas”. Para obtener más información de esta bodega y de sus caldos, puedes consultar su página web:
www.bodegascastelar.com

miércoles, 15 de mayo de 2013

HORNACHOS: FORTALEZA ÁRABE


Antes de seguir paladeando el vino fornacense, vamos a hacer un alto en nuestro camino para saborear la historia de la fortificación que nos ha llevado a visitar estas tierras, en las que los últimos musulmanes resistieron hasta 1609.

El Castillo de Hornachos, conocido por su forma de barco, se levanta en una gran roca de la serranía desde la que gobierna el pueblo establecido a sus pies…desde no se sabe bien cuando. Y es que la fecha de construcción del recinto no está del todo clara, pero si coinciden los expertos en que la más probable es el siglo X, con las primeras invasiones árabes, cuyos protagonistas realizarían la construcción en mampostería. En esta época, Hornachos marcaba el límite de los reinos musulmanes de Badajoz y Toledo.

La fortaleza, que se asienta sobre los restos de un antiguo castro de origen túrdulo, contaba en sus años de esplendor con tres puertas: una a la que se accedía por un puente levadizo, otra (la principal) defendida por la torre del homenaje y una puerta accesoria en la parte posterior. En el castillo se podían admirar los escudos de las casas Cárdenas y Zapatas, comendadores del mismo.

Habitaciones, caballerizas y estancias de vivienda ocupaban gran parte de la construcción, junto con una capilla dedicada a Santiago, siendo en este periodo el castillo el que marcaba el límite de las jurisdicciones de esta Orden Militar en Tierra de Barros, y de la de Alcántara en La Serena.



Es 1494,  cuando el recinto castelar mantiene su auge, y aunque en 1515 ya se encargan trabajos de mantenimiento que se darán por terminados en 155o, es en 1575 cuando comienza la decadencia progresiva del castillo fornacense, ya que los comendadores dejan de habitarlo. En 1604 existe constancia de que no había entre sus muros morador alguno y los libros de visita recogen en 1746 que el edificio está “caído, derrotado e inhabitable”.

Desde entonces el declive es paulatino, la erosión del paso del tiempo y los efectos del clima se dejan ver en los materiales usados en su construcción (tábiya, cal, cantos, mampostería), pero aún resisten en pie los restos de un emplazamiento fortificado, que desde la Sierra Grande de Hornachos nos da testimonio de un pasado religioso convulso.