Extendemos
nuestra visita a Hornachos en el tiempo y hablamos hoy de los vinos que
degustamos en nuestra visita a su castillo en el Mesón “Fuentecita”.
Como
primer caldo probamos un vino de pitarra de Bodegas Hornachos, del cual lo
único que podemos decir es que su sabor era fuerte y su paladeo rápido sin nada
destacable. Un vino de acompañamiento sin más.
Nuestra
gran elección vino en segundo lugar, junto a la degustación de platos típicos,
ya que el vino Castelar Crianza de 2009 tuvo bastante éxito entre nosotros.
Estamos ante un vino de uva tempranillo, con color cereza picota y matices de
teja, cuya capa de opacidad es media-alta; los olores recuerdan a frutos
negros, como moras o ciruelas, además de a madera y de nuevo a frutos del
bosque tras su apertura y oxidación paulatina. En cuanto al sabor, es un vino
que entra bien en boca, cálido y suave, no es excesivamente largo.
La
valoración que hacemos de él y de cómo acompaña a las carnes que componen gran
parte de nuestro menú, es excelente, por lo que no está de más que conozcamos
algunos datos extra de su procedencia: Bodegas Castelar.
Esta
bodega, nacida y ubicada en Hornachos desde 1963 de mano de la familia Cáceres
Márquez, cuenta en la actualidad con más de 100 hectáreas de
viñedo, cuya peculiaridad es que se encuentran en las faldas de la Sierra
Grande fornacense. Las parcelas oscilan entre los 350 y los 500 metros de altitud
aproximadamente, y en función de esta elevación cultivan una variedad u otra de
uva.
Entre
ellas, Castelar produce uva Tempranillo, Garnacha, Cabernet-Sauvignon, Merlot o
Macabeo, siendo la apuesta por el cultivo tradicional, la recolección manual y
la aplicación de nuevas tecnologías el elemento diferenciador de sus vinos.
Además
del Crianza, Bodegas Castelar ofrece Tinto Joven, Tinto Reserva, Blanco Joven y
el Tinto Ecológico “Pago de las Monjas”. Para obtener más información de esta
bodega y de sus caldos, puedes consultar su página web:
www.bodegascastelar.com
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