martes, 26 de febrero de 2013

EL FOGÓN DE SANTA MARÍA: GASTRONOMÍA Y GRAN TRATO PERSONAL


Retomamos nuestra narración donde la dejamos: en el coche, una vez finalizada la ruta senderista hasta el Castillo de Azagala, y mientras nos dirigimos hasta Alburquerque y más concretamente al restaurante “El Fogón de Santa María”.

Hemos de precisar que habíamos reservado mesa en este acogedor establecimiento, contactando previamente con la maitre, Lola, propietaria del mismo junto con su marido, Pepe, chef de El Fogón de Santa María. La acogida a nuestra llamada fue excelente, y más si cabe cuando les explicamos que nuestra intención era dar a conocer los placeres gastronómicos de la comarca.

Habíamos concertado la cita con ellos en torno a las 14:30 horas, pero el gran interés que nos suscitó y la gran cantidad de detalles que observamos en la fortificación de Azagala hizo que nos retrasáramos considerablemente, por lo que llegamos a las puertas del restaurante pasadas las 15:30, previo aviso.

El Fogón de Santa María se encuentra en la Calle Santa María nº 1, justo en el camino de subida al Castillo de Luna de Alburquerque y junto a la Iglesia de Santa María, aunque también tiene acceso por la Calle Cárcel. De entrada el restaurante puede parecer pequeño, pero la iluminación, la textura de las pareces, las bóvedas de los techos junto con los muebles y la decoración, hacen que rápidamente identifiques que te encuentras en un lugar con encanto, un rincón con toques hogareños. 
Es cierto que el objetivo de este post es describir los platos que pudimos degustar durante nuestra estancia en este restaurante, pero el trato al cliente muchas veces es tanto o más importante que éstos, por lo que sólo cinco minutos después de sentarnos ya podíamos aventurar que la experiencia iba a ser más que satisfactoria.

Arenques Majet
Para comenzar, y antes de que llegara el primer entrante del menú, refrescamos un poco el cuerpo y la garganta con agua y un aperitivo de crema de patatera y queso para untar en panecillos, que estaban deliciosos. Nuestra elección de vino fue un Basangus, de Compañía Vinícola del Guadiana, que nos comentaron tendría buen maridaje con los platos elegidos (le dedicaremos un post proximamente).

El tiempo de espera fue breve, por lo que no puede haber queja en ese aspecto, y el inicio del banquete no pudo ser mejor, ya que degustamos unos magníficos “Arenques Majet”, en arbequina con patata confitada, cuyo gusto salado casa en nuestra opinión de maravilla con la manera en la que está cocinada la patata.  Es un entrante al medio, por lo que es un plato o ración para compartir y así lo hacemos.

Pimientos rellenos de venado
Una vez hemos dado cuenta de este primer entrante, Pepe nos trae unos “Pimientos del Piquillo rellenos de carne de Venado”, que además se acompaña con crema de aceitunas negras y pimientos del piquillo. Es un plato exquisito, que te lleva a paladearlo tranquilamente y que deja un regusto muy agradable, por lo que quedamos con ganas de repetir en cuanto podamos por su excelente sabor. El Basangus acompaña perfectamente estos platos, y enseguida nuestros anfitriones nos sirven el plato principal, “Cochinillo Confitado a la Plancha”. Nos corresponde ahora un plato por comensal con cantidad más que suficiente, coincidiendo todos en la valoración.


Cochinillo Confitado a la Plancha
Aún a riesgo de caer en la redundancia, no tenemos más salida que calificar este plato como exquisito, crujiente en su parte superior, con la medida adecuada de tocino, cocinado para deshacerse en la boca, encontrando en el estrato inferior la carne de cochinillo a la plancha con el volumen justo para satisfacernos. No podemos pedir más, la calidad de la cocina de El Fogón de Santa María es sobresaliente, excelsa, lo que unido a la animada conversación que mantenemos con los restauradores consigue que nos encontremos como en casa. Pepe y Lola se interesan por nuestro proyecto, del que le damos todos los datos posibles, recomendándonos ellos una visita al cercano Castillo de Piedrabuena, que queda anotado en nuestras agendas.

Tarta de Yema
La sobremesa se extiende durante largo rato, en el que tenemos tiempo de degustar, cortesía de la casa, un chupito de vino de naranja que nos recomienda Pepe, además de tomar como postre una fabulosa porción de tarta de yema, que endulza el momento de dar por concluida nuestra visita.

Es entonces el momento de volver a casa, no sin antes reafirmar nuestro compromiso de volver a disfrutar de los platos y la compañía de los regentes de “El Fogón de Santa María”, ya que podemos recomendar este restaurante a todo aquel que desee complacerse con cocina de alta escuela, pero también asequible para todos los bolsillos, ya que la carta, tanto de platos como de raciones, ofrece posibilidades de todo tipo para degustar platos increíbles.


Si queréis conocer más detalles de El Fogón de Santa María o contactar con ellos podéis visitar su página web: www.elfogondesantamaria.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario