lunes, 14 de enero de 2013

ASCENSIÓN AL CASTILLO DE LA CULEBRA EN ALANGE: EL ESTRENO (PARTE 1)




Para comenzar con nuestra andadura en el proyecto “Almenas y Alambiques” escogimos el llamado Castillo de la Culebra de la localidad pacense de Alange, a 17 kilómetros aproximadamente de Mérida, que recibe su nombre de la sierra en la que se encuentra su emplazamiento.


Restos de muralla
Estamos en enero y los días son fríos, lo que unido a la amenaza de lluvia hace que nos planteemos comenzar el viaje a una hora no demasiado temprana, en la que la humedad de las heladas nocturnas haya desaparecido casi por completo. Nos citamos por tanto a las 10 de la mañana en Mérida, dónde tras un desayuno de café y tostada iniciamos el trayecto en coche, de apenas 10-15 minutos, hasta el muro del Embalse de Alange, donde aparcamos en los estacionamientos habilitados al efecto.

La Sierra de la Culebra es habitualmente visitada por adeptos a los deportes de escalada, e incluso la Federación Extremeña de esta modalidad realiza pruebas, competiciones y concentraciones de jóvenes talentos en sus paredes, por lo que al llegar nos encontramos con que ya hay movimiento por la zona.

Comenzamos nuestro trayecto en el borde del muro del embalse, por la pista que bordea la sierra en la que se encuentra el castillo, durante aproximadamente un kilómetro y medio, con terreno totalmente llano, encontrándonos en este tramo con los restos de un granero de la edad de bronce. Esta pista la abandonamos al llegar a la altura del Centro de Tecnificación de Piragüismo que el Gobierno Regional construyó a orillas del embalse, y que en la actualidad se encuentra totalmente abandonado pese a ser un edificio de reciente construcción.


En ese punto giramos hacia la izquierda para iniciar ya la subida en primer término por las calles de Alange, caminando unos 100 metros por la travesía del Castillo hasta encontrarnos con la Calle Castillo, en la que giraremos a la izquierda para dirigir nuestros pasos directamente al trayecto marcado como subida “oficial”. Atravesamos una especie de verja a la altura de la Ermita de San Bartolomé, que dejamos a la izquierda, y entramos ya en lo que podríamos denominar territorios del castillo.

Llevamos ya caminados unos dos kilómetros, y es ahora cuando comienzan a endurecerse las rampas, ya que en los siguientes 500 metros afrontamos una serie de giros de herradura en el camino en los que podemos contemplar los restos la llamada “Puerta del Aljibe” y el aljibe (que contiene agua en esta época del año procedente de las lluvias) que le da nombre. Hasta el momento el terreno es con bastante pendiente pero sin ninguna complicación.


Puerta del Sol
Una vez rebasados Puerta y Aljibe, el terreno abandona la apariencia de vereda para mediante las señales y protectores de madera del sendero indicarnos que debemos subir por una serie de grandes rocas graníticas, con superficie lisa que puede entrañar riesgo de resbalar, a cuya izquierda dejamos un gran desfiladero (no en vano, en estos últimos 500 metros de camino hemos ascendido unos 100 metros de altura).



Volvemos a encontrarnos con el camino, pero es ya más estrecho y el terreno no es tan limpio como hasta ahora. Son habituales grandes piedras, pequeños socavones o vegetación que complica el paso durante los siguientes 250 metros. Una vez finalizado este paseo, nos encontramos con una pequeña explanada en la que las vistas del embalse son inmejorables, por lo que aprovechamos para contemplarlo y realizar fotografías a modo de pequeño descanso antes de afrontar la parte final de la ascensión al Castillo de la Culebra.

Una vez recuperado el resuello retomamos el camino, cuya pendiente se endurece bastante y tras unos 100 metros con varios giros y un terreno en el que lo más peligroso es la poca adherencia por el desprendimiento de pequeños guijarros, nos encontramos con la llamada Puerta del Sol, que da acceso a las ruinas del Castillo de la Culebra, entre las que encontramos la Torre del Aljibe como la construcción en mejor estado de conservación, junto con restos de una tronera de bola, un nuevo pozo, el acceso al mismo y vario tramos de muralla y muros de la fortificación.


Vista de Alange desde el Castillo
Nos enfrascamos en la exploración de la antigua construcción, con origen romano y pasado musulmán, que fue reconquistada y abandonada en el siglo XVI, admirando las impresionantes panorámicas que la altura de la Sierra de la Culebra nos ofrece, ya que hemos alcanzado los 492 metros de altura, subiendo casi 300 metros en menos de 3 kilómetros. Desde nuestra privilegiada posición podemos divisar, según en la dirección en la que observemos, el Embalse de Alange en su totalidad, Mérida, Almendralejo, 
La Zarza, el río Matachel y todas 
las tierras que los rodean.


(En la segunda parte conoceremos datos del descenso y de la degustación gastronómica)

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