Una
vez repasados los distintos puntos de nuestra visita al Castillo de Azagala, la
ruta seguida y la degustación gastronómica en Alburquerque, es el momento de
echar la vista atrás para conocer la historia de esta fortaleza, construida en el
siglo XIII, que perteneció a la Orden Militar de Alcántara y formó parte de la
línea defensiva fronteriza castellano-portuguesa.
Hay
que destacar que en este recinto amurallado murió Don Alonso de Monroy, clavero
y maestro de la Orden Militar de Alcántara, conocido como el 'Sansón extremeño'
por su tremenda corpulencia, así como que en sus inmediaciones tuvo lugar la
célebre batalla de Zalaca -origen del nombre del castillo-, en la que participó
Alvar Fañez, lugarteniente del Cid Campeador, contienda que supuso la última
gran derrota de las tropas de Alfonso VI frente a los almohades.
Azagala
y su señorío formaron parte del distrito de Badajoz tras su construcción,
siendo uno de los dominios del conocido como territorio de “Alfoz”. Sus
siguientes poseedores fueron D. Juan Alonso de Alburquerque y D. Martín Gil de
Sousa quién en 1312 lo deja en herencia a su sobrino D. Pedro Castro.
Interior de una de las estancias del Castillo |
D.
José Gómez de Terán, Marques de Portago, adquiere la encomienda en 1750 y hasta 1846 el castillo se encontraba bien
conservado, acogiendo entre sus muros a más de 350 personas. Su deterioro
progresivo comienza en 1992 con la jubilación del guarda del Barrazuelo, una de
las fincas en las que se encuentra ubicado el castillo -la otra es el Prior-,
ya que él mismo se encargaba de la conservación de este histórico edificio.
Desde
entonces nadie ha vivido en Azagala y parece muy probable que nunca nadie lo
vuelva a hacer…por desgracia y desdén de propietarios y autoridades.
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